Hace unos meses tuve la suerte de escuchar el proceso creativo de la creación de Simpleat de la mano de Tomás Iakub, uno de sus fundadores.⠀⠀⠀⠀⠀

Me encantó cómo relató todos los errores y aciertos que tuvieron durante los primeros años y creo que su historia puede inspirar a muchos.

Me pareció una persona con mucho empuje y un gran comunicador, por eso decidí hacerle una entrevista para que otros negocios se puedan nutrir de su experiencia y consejos.

Simpleat permite comer rico y fácil en 15 minutos. En nuestro día a día solemos vivir acelerados y muchas veces nos preguntamos: ¿Qué comemos hoy? Es por eso que es una solución para las comidas de todos los días, 100% natural, sin conservantes ni aditivos que se cocina sólo en agua hirviendo y es muy pero muy rica!

Al entender quién es tu cliente ideal, podés hablarle en el mismo idioma de temas en los cuales se sienta identificado y justamente empatizar más.

Simpleat tiene un tono descontracturado, amigable y esto se ve reflejado en todos los canales. Es muy importante que haya una coherencia entre cada uno para que la esencia no se pierda. Al ser comida, es un producto muy visual y por eso tiene más importancia Instagram al momento de comunicarlo de manera orgánica. Los stories también permiten jugar con mensajes más espontáneos donde la gente interactúa con la marca.

La web es lo más delicado ya que es el medio a través del cual la gente compra todos nuestros productos, es nuestro local. Por eso es importante testear constantemente la experiencia del usuario y lograr una comunicación clara y coherente.

Es una relación tácita que se da con el cliente, que va más allá del producto en sí. Es generar empatía, lograr que esté feliz al hacer una compra sabiendo que resuelve sus comidas y que sepa que estamos trabajando para ofrecerle cada vez más opciones. Que sepa que queremos ayudarlo y sus opiniones cuentan.

Estamos todos tirando para el mismo lado y eso se traduce en ofrecer un servicio realmente de calidad, cumplir promesas y cuando cometemos errores ser los primeros en solucionarlos.

El desafío de todo emprendedor es encontrar alternativas dentro de las posibilidades que tiene. Lo primero y principal es entender qué va a ofrecer, algo distinto al resto, en qué se va a diferenciar. Si va a ser con los productos, con la forma de compra, con la experiencia. En base a eso el siguiente paso es analizar qué necesitaría para llevarlo a cabo y ahí es donde entra el ingenio y la imaginación.

Si no cuentan con un centro de producción propio, siempre se puede alquilar una cocina habilitada, por ejemplo. Si no tienen presupuesto para armar un local, pueden optar por difundirlo a través de los medios que todos usamos.

Desde el momento cero tuvimos un constante contacto con los clientes y fuimos entendiendo qué tipo de comidas preferían. Esto es algo para resolverle las comidas a ellos, entonces qué mejor feedback que escuchar lo que están buscando. Uno va encontrando tendencias y gustos que se van repitiendo entre clientes.

La experiencia es lo más importante y nos ocupamos para que sea espectacular desde el momento cero. Sabíamos que si descuidábamos eso íbamos a perder nuestra esencia. Por supuesto que a medida que la empresa fue creciendo uno va mejorando ciertos aspectos que en definitiva generan que el cliente esté todavía más contento que antes.

Nuestro foco al principio fue validar nuestra idea y entender si estábamos generando valor para el cliente. De hecho lanzamos sin marca y los mismos clientes nos fueron poniendo nombres. Uno nos puso “Cukin” que lo escribió con dulce de leche en el postre que le habíamos mandado. Es muy común invertir al principio en generar una identidad de marca perfecta, pero realmente no debería ser el foco al momento de arrancar.

Creo que es necesario tener una idea de qué se quiere transmitir y cómo, pero hasta no comprobarlo con el cliente y ver que funciona, a nosotros nos funcionó ir testeando de manera casera. La identidad completa de la marca la terminamos haciendo en febrero del 2018, tres meses después de haber arrancado con el formato de congelados que fue definitivamente el diferencial y la solución que buscaba nuestro cliente.

Sabíamos lo que queríamos transmitir desde un primer momento y el tipo de marca que queríamos crear, pero fue más importante lanzar para nosotros de una manera rápida y barata para validar la idea antes que pensar en un nombre y en una verdadera identidad de marca.

Nuestra filosofía es hacer las cosas y después mejorarlas, y así lo hicimos. Al momento de lanzarlos oficialmente ya teníamos el nombre con el logo, después fuimos creciendo y una vez que tuvimos nuestra identidad de marca completa pudimos ajustar ciertas verticales de comunicación y alinearnos 100% con el objetivo principal que siempre tuvimos.

Si te aportó algo, me encantaría leerte acá abajo en los comentarios!